miércoles, 23 de agosto de 2023

Revolución y Asamblea Constituyente en Francia 1789

 

La toma de la Bastilla (14 de julio 1789)

La crisis generalizada durante el último cuarto del siglo XVIII llegó a su punto más alto en los años 1788 y 1789: Alza de precios agrícolas, recesión de la producción manufacturera, extrema pobreza, desempleo en la ciudad y campo, impopularidad de los ministros y un creciente rechazo al absolutismo monárquico de Luis XVI Borbón. El Antiguo Régimen era insostenible por su carácter reaccionario, ante la ola de protestas sociales y la organización de fuerzas revolucionarias de origen burgués; influenciados por los ideales de la ilustración como la libertad e igualdad, tenían un plan de modernización para el país sustentado en el desarrollo de las fuerzas productivas y por consiguiente del capitalismo industrial.

La convocatoria de los estados generales respondió al interés de la monarquía de dar una salida a la crisis, y la posterior asamblea constituyente fue producto de la movilización de las masas urbanas y del campo con diversas demandas. París fue el epicentro y las provincias replicaban la tendencia revolucionaria. El tercer estado, el de los burgueses y sectores marginados de la política, tenía a su favor el respaldo popular e incluso de nobles reformistas. Nunca antes la práctica política en Francia había sido amplia, de debates en todos los niveles de la sociedad, generando expectativas y anunciando una democracia con repercusión mundial.

La toma de la Bastilla el 14 de julio anunciaba el carácter del proceso en su primera fase, un absolutismo arrinconado por la violencia revolucionaria y las maniobras políticas de la burguesía logrando abolir los privilegios feudales, sentenciando que los hombres nacen y permanecen libres e iguales en derechos, defensa de la propiedad privada, la soberanía nacional y la instauración de una monarquía legislativa. En esas circunstancias de la lucha de clases nació la primera constitución política de Francia en 1791.

En palabras del historiador Jean Jaurés: “La Revolución francesa fue a la vez burguesa y plebeya, democrática y popular.”

 

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