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Juan Cristóbal, poeta sanmarquino y ex mirista |
En la mañana del 18 de febrero del 2012 me dirigí a la
vivienda del poeta José Pardo del Arco, conocido como Juan Cristóbal, en el
distrito de San Miguel provisto de una grabadora, un lapicero y un cuaderno. La
lectura del libro de Nelson Manrique ¡Usted fue aprista!, especialmente el
capítulo dedicado a las guerrillas del MIR, provocó en mí una curiosidad enorme
por conocer a la persona cuyo testimonio fue citado constantemente en dicho
capítulo. Mi interés fue conocer su experiencia universitaria y su vínculo con
el MIR, además de rescatar sus apreciaciones subjetivas y objetivas de la
política en la Universidad San Marcos en los primeros años de la década de
1960. Publico aquí un extracto de la entrevista de casi dos horas.
San Marcos, la izquierda y el APRA en los primeros años del sesenta
Yo cuando ingreso a San Marcos, te cuento mi experiencia, entro a San Marcos y me encuentro en primer lugar con una gran efervescencia política, todos hablaban de política. Había una presencia del APRA muy fuerte, pero la Revolución Cubana había ocasionado que mucha gente volviese su mirada hacia la izquierda, pero eran menores frente al APRA, éste dominaba.
Ya por ahí se van canalizando diferentes grupos de la
izquierda, aparece el social progresismo, el PC que después se rompe, y ahí
conozco a dos muchachos que decían ser miristas, pero eran pequeños: 2 o 3
personas. Y había uno medio clandestino, que no aparecía públicamente, que
después me capta a mí y me lanza como candidato a la Secretaría General de
Letras, como candidato de varias confluencias de izquierda.
El APRA en la universidad dominaba, creo que en el 61 iba a
ganar las elecciones de la FUSM y recuerdo que se dio una pugna terrible,
muy fuerte para ver quien ganaba entre
el APRA y la izquierda. Recuerdo que a nosotros nos captó dentro de la
izquierda, estábamos en la Casona, un
muchacho Orellana que tenía un grupo estudiantil y apoyamos a un candidato, el
que gana las elecciones fue Max Hernández como independiente pero apoyado por
gente de izquierda. En ese primer momento había mucha gente de izquierda
independiente, por el reflejo e influencia que tenía la Revolución Cubana.
En San Marcos en el 61 y 62 se hacían recitales poéticos en
el Salón de Grados, salones llenos, se hablaba de la revolución, luego
[ocurrió] la muerte de Javier Heraud. En esos tiempos San Marcos se convertía
permanentemente en una olla de presión muy
fuerte izquierdista, se van derrotando paulatinamente al APRA en las
elecciones, ya para el año 62, 63 conocí a dos miristas, uno de ellos se
llamaba Saavedra, él públicamente se presentaba como mirista. Este muchacho era
de Educación, y otro muchacho mirista era Soriano, polemizaba con el APRA,
había disputas, conversatorios tantos culturales, políticos. Una discusión era:
¿el poeta debe ser militante, comprometido?
Las discusiones políticas permanente eran con el APRA,
Soriano se enfrentaba al APRA. Después había otro medio clandestino, Antezana
de derecho. El Apra rebelde como tal no tenía trabajo en las universidades.
Había independientes que simpatizaban con los miristas, pero no eran
militantes. En San Marcos no había un grupo mirista integrado realmente.
¿Hasta qué año las actividades académicas y políticas se
desenvolvían en la Casona?
Hasta el 62 me parece que fue, y Sánchez pendejamente para
sacar la cosa de allí, estaba muy cerca la CGTP, la gente de la calle, había
toma de locales, se tomaba el Rectorado, era un hervor político enorme, se
sacaba parlante hacia afuera, la gente pasaba por ahí, había canticos de la
izquierda, la lucha era contra el APRA, la Casona era una trinchera.
Para sacarnos del lugar nos mandó para la Ciudad
Universitaria. Yo estudié desde 62, me enfrenté a Manuel del Pomar, dirigente
aprista, por la Secretaría General, él me derrotó. Estamos hablando del Centro
Federado de Letras. Me apoyó el MIR, el PC y socialistas.
Habíamos formado un grupo literario, todas las semanas
hacíamos recitales poéticos, “los poetas” nos decían, invitamos a Juan Gonzalo, Romualdo, Gustavo
Valcárcel, se hablaba de la poesía y el compromiso. Yo era la cabeza visible
del grupo y por eso me dijeron que me tenía que lanzar a la candidatura, pero
yo no era un orador, no conocía mucho de política, me lanzaron y perdimos.
En ese tiempo ya existía Vanguardia Revolucionaria, en San
Marcos había un núcleo del social progresismo donde estaba Químper, el que está
preso actualmente, augusto Salazar Bondy también. Había varios profesores de
izquierda y apristas.
¿Cuál fue el impacto en San Marcos tras el golpe militar
del 62?
Hubo dura oposición, aunque duró muy poco tiempo, en San
Marcos la lucha con el APRA era permanente ya que tenía un doble discurso
respecto al golpe, nuestro enemigo inmediato era el APRA. Esta Junta quiso
hacer una reforma agraria pero no pudo, Hugo blanco tenía un gran movimiento
sindicalista de masas en el Cusco, pero él no tenía como opción formar un
partido, él pensaba que el partido debía nacer espontáneamente, que las masas
debían movilizarse y si ellos querían formaban el partido.
¿Diferencias entre Vanguardia Revolucionaria y el MIR?
La gente de Vanguardia sí planteaba la necesidad de un
partido, esa era la idea de De la Puente pero no llego a concretarse ya que él
llego hablar con Blanco.
El MIR planteaba generar un movimiento, vanguardia si
planteaba ser una vanguardia que las masas debían de ser dirigidas por un
partido.
Se debe aprender del frente sandinista que se pusieron de
acuerdo entre los varios grupos que lo componían, algunos se encargaron de la
ciudad y otro sector del campo.
¿Y respecto al ELN?
Estaba la gente de ELN, a mí me quiso captar. Alain Elías
salió libre y estuvo en San Marcos, Adriana palomino, ellos querían volver a
las guerrillas, no querían actuar públicamente, nos enseñaron hacer bombas. La
diferencia del MIR con el ELN es eso, ellos son un ejército, por eso es que
cuando Béjar decide irse a Ayacucho es porque considera que es la zona más
pobre y no quiso hacer acuerdos ni alianzas con nadie.
De la Puente convoca gente, entre ellos Lobatón, Máximo
Velando (economista) se metió de lleno al trabajo campesino, tenía un
prestigio. El MIR en la zona central tenía un trabajo previo, mayor, y eso
podría explicar la mayor duración, mayor respaldo. En una acción capturaron al
mayor Patiño, no lo matan.
¿Recuerda cuál fue la postura del APRA sobre las
guerrillas?
La actitud del APRA es de condena total. El APRA planteaba
pena de muerte en el congreso del 65, el Cardenal Landázuri pedía pena de
muerte, salió en Caretas donde pide la muerte para guerrilleros, Villanueva
respalda ello y Valle Riestra también.
¿Cuál era la concepción política y militar del MIR?
La tesis del MIR en ese momento era que el campo era el
lugar propicio para desarrollar la guerra de guerrillas, luego hubo una
discusión muy fuerte con Vanguardia, ya que ellos planteaban un predominio
capitalista y por eso el centro de lucha era la ciudad, pero tu veías que los
campesinos eran los más explotados. En fin, fue una discusión muy larga, en los
setenta la pugna central dentro de la izquierda era si tú decías que era el
país semifeudal o capitalista. Esa era toda la discusión y por eso se dividían.
La influencia del MIR en San Marcos
El MIR tuvo una influencia en San Marcos a través de esas
personas de Educación que te menciono. El MIR fue reconocido como un
movimiento importante que tenía un
discurso en contra del APRA, contra los militares, simpatizaban con la
revolución cubana, la lucha armada, la revolución peruana. Ellos no tenían un
gran movimiento que los respaldase pero sí de independientes.
Cuando había elecciones la gente se organizaba, ya estaban
cansados del APRA, de su bufalería. La revolución china influenció después, yo
tenía dos amigos Valcárcel y Romualdo, el primero se fue con los pro soviéticos
y el segundo con los pro chinos.
Los moscovitas tuvieron una posición siempre al filo de la
navaja, siempre muy ambigua, decían “sí apoyamos, nos parece bien pero no es la
hora, apoyamos moralmente”. Vanguardia, Bandera Roja el grupo de Saturnino que
después será Sendero que decía que los miristas eran un grupo de pequeños
burgueses. No tuvo apoyo por parte de la izquierda.
Hubo militantes moscovitas que después se desafiliaron y
pasaron al MIR. Hay algo que recojo de un folleto de Máximo Velando. Había un
militante del PC viejo, campesino, Miguel Llano moscovita apoyó a las
guerrillas. Él dice que apoyó porque eran gente buena, eran mejores que los
militares.
Pero lo más calamitoso es que El MIR había enviado a cuba
más de 100 para entrenarse en las guerrillas. Y cuando vuelven ¿Cuántos son los
que se incorporan realmente? 15 o 20, el resto se fue a dar la gran vida, o sea
aprovecharon el viaje, enviaban plata de lejos pero lo que Cuba gastó en su
preparación…
El MIR, Mao y la revolución en el Perú
De la Puente llegó a conocer a Mao Tse Tung. Lo que sucede
es que si tú lees las tesis del MIR cuando se lanza a las guerrillas son muy
parecidas a las tesis de Mao. El MIR planteaba que el país era semifeudal, que
la vanguardia debía organizarse en el campo, que la lucha armada se da en el
campo, había que hacer la reforma agraria, la IPC.
Cuando De la Puente es derrotado, el MIR se vuelve a
recomponer, Gasco, Portocarrero, Cordero y Ricardo Gadea, forman un nuevo MIR y
sacan Voz Rebelde, y se divide después porque plantean que el país es
capitalista, pero nadie discutió eso. La primera división del MIR es que se va
Gadea y otra parte se queda con Fernández Gasco que plantea tesis maoístas. Los
universitarios miristas quieren rehacer el MIR para reiniciar la lucha armada,
allí está el estudiante Carlos Burgos, se fue a Cuba, pero cuando llega le
habían dado golpe de estado dentro del movimiento.
En el MIR histórico también hubo una discusión muy fuerte; De la Puente decía que había que hacer la lucha armada, Malpica decía que se
tenía que hacer un trabajo en el parlamento y captar gente a través de allí,
Cordero decía que ambos posibilidades eran factibles. De la Puente se negó,
decía que el Parlamento iba a quitar tiempo en preparar la lucha armada.
Malpica dejó el MIR pero quedó en buenas condiciones, apoyaba al MIR.
¿Qué sucedió con el sector trotskista del MIR?
Napurí entró en un momento determinado al MIR, porque el
trotskismo tenía una tendencia en esos tiempos que se llamaba el “entrismo”
para dividir, romper y jalarse gente. Entró Napurí e Ismael Frías, que después
fue velasquista y luego fachista. Napurí
se encontró con un viejo zorro como Cordero que paró todas las
posibilidades de hacer una tendencia, y como no tuvo eco se salió.
¿Los gremios universitarios que posición tuvieron frente al
MIR?
La Federación de San Marcos, creo que estuvo [Rolando] Breña,
generalmente la FUSM que estuvo en manos del PC soviético o pro chino estaba en
contra del MIR, se pronunciaban en contra, no hubo un apoyo real al MIR. En San
Marcos, tal vez Educación habrá apoyado, en Letras también algo pero muy poco.
En San Marcos el dominio que tuvieron los chinos impidió que hubiera un mayor
apoyo al MIR.
¿Qué observaciones, críticas y valoraciones tiene hacia el
MIR?
El MIR era bastante débil desde el punto de vista orgánico.
Un error es que ya se sabía que el MIR se quería ir para las guerrillas, yo sé
después que hubo infiltración. En eso hay que rescatar a Sendero, su
compartimentación, su dificultad para llegar arriba, era difícil, rescatar esa
experiencia en ese sentido, es importante.
Duró muy poco, por un lado se debió desarrollar un trabajo
político en el campo con las armas más intenso como en el Centro [Sierra
central], no se hizo en el Cusco y menos en el Norte. Por otro lado no había
una identificación de las masas con las guerrillas, De la Puente era un hombre
de la ciudad y la gente campesina es bien desconfiada. ¿Y porque con Velando y
otros guerrilleros del Centro sí en el campo? porque eran de la zona excepto
Lobatón. Fíjate, te cuento una anécdota de cómo el ejército se dio cuenta donde
estaba [Lobatón].
En un momento determinado venia un grupo de gente blanca,
que no eran de la cuidad, eran como 6 o 7 fulanos, bajan 4 o 5 y los capturan y
se dan cuenta que son turistas y que pasaban por ahí, estaban caminando,
hablaban alemán, italiano y baja Lobatón y él era muy culto, hablaba como 5
idiomas y empieza a hablar con cada uno, le dice quiénes son y esta gente son
capturados por la policía y le dicen a la policía que había un “moreno” que
hablaba 5 idiomas, la policía se da cuenta que estaba allí Lobatón.
No hubo un armamento muy sofisticado, antiguas, la gente del
Centro había asaltado un cuartel, una mina, tenía dinamitas, estaban mejor
armados.
El caso de De la Puente, era un hombre que era asmático y
tenía una ulcera sangrante, una guerrilla tiene que estar en movimiento, pero
por él se mantienen en una zona.
La entrevista que le da a Caretas no era necesaria. Por un
lado logístico, no había comunicación, se supone que debía haber una
coordinación pero no existió, tenían radios pero no funcionaban. ¿Cómo es
posible que no haya? Sí, hubo muchas deficiencias, desde el punto de vista
político, se debió trabajar más a las masas, pero se fue muy rápido.
De la Puente tenía un caudal de apoyo en la libertad y por
allí debió haber desarrollado algo pero si embargo se va al Cusco, porque allí
había un movimiento campesino que apoyó a Blanco.
Walter Palacios se quedó en Trujillo, se quedó como
coordinador de la guerrilla del norte, no fue un guerrillero, no sé por qué no
fue. Hilda Gadea desde Cuba hacía propaganda a favor del MIR, pero nunca fue
mirista.
Yo creo que fue una aventura en lo mejor de los sentidos,
había la influencia de Cuba, de los vietnamitas. El MIR no se llega organizar
como un movimiento fuerte, se apresuraron. Belaunde significo un gobierno
progresista, de clases medias, no oligárquicas, con un discurso renovador, el
APRA, la derecha lo acusaba de comunista a Belaunde.
Hubo una reunión previa de irse al campo, por un cine de la
Av. Brasil cuadra 8 o 9, al ladito había una casa y allí nos reunimos como a
las 8 de la noche. Ahí estuvo Lobatón, Gadea y otros más, como 20. A los 10 o
15 minutos la policía cayó sobre la casa, menos mal que todos habían salido ya,
eso te muestra la debilidad que tenía el MIR. Hubo mucho voluntarismo, trato de
verlo de los mejores sentidos, el clima, la efervescencia, muchos creían que la
revolución estaba a la vuelta de la esquina.